El concepto de Internet de las Cosas o IoT es un servicio y una plataforma que ha evolucionado con el tiempo, transformándose desde una herramienta que permitía algo tan simple como encender y apagar un aparato a distancia, a una que es capaz de gestionar en tiempo real el proceso productivo de una industria a través de tecnología de punta.

El IoT está definido como una red de objetos físicos que tienen incorporados sensores, softwares y otras tecnologías con el fin de conectarse e intercambiar datos con otros dispositivos, todo a través de internet. Esto hace que las cosas u objetos ya no estén aislados, y puedan trabajar en conjunto mucho mejor. “En la humanidad han habido varias revoluciones industriales. La primera es la de las máquinas de vapor, después viene la producción en serie. La otra se produjo cuando los aparatos se hicieron inteligentes. Ahora estamos en la cuarta revolución, una industria donde los objetos conversan entre sí por internet. Ahí nace el IoT”, explica José Reyes, Gerente General de Vigalab y experto en IoT.

Si bien el avance tecnológico ha sido rápido, el Internet de las Cosas es algo reciente a nivel nacional. En Chile, según Reyes, el concepto comenzó a llamar la atención de las empresas hace no más de 3 años. Esto porque había poca información al respecto, pero su atractivo foco que prometía entregar soluciones de todo tipo hizo que las compañías, sobre todo tecnológicas, quisieran dar el primer paso. Pero, ¿cuáles son estas soluciones? ¿En qué tiene que fijarse una empresa para poder contratar una plataforma IoT sabiendo que es una herramienta tan transversal?


Dispositivos y Redes para ventas

Todos estos dispositivos hoy día usan un conjunto de protocolo de comunicación, y con el surgimiento y avance de las tecnologías 5G, se ha observado un gran crecimiento que permite generar estrategias de venta a través de la información de estas redes. José Reyes ejemplifica esta implementación con un proyecto que hicieron con Vigalab para CCU. Pusieron en sus bares sistemas con sensores en los vasos de cerveza, para poder contar el consumo en tiempo real en cada uno de estos restaurantes. De esta forma ellos logran tener información valiosa de sus consumidores, cómo consumen, cuándo, la frescura del producto, entre otras, para armar campañas de venta específica y hacer crecer el negocio.

En la misma línea, también pudieron trabajar con Codelco, con los que hicieron un sistema de trazabilidad de covid automático por medio de pulseras bluetooth. Estos aparatos basados en la tecnología de Internet of Bodies, conectados a redes permiten mejoras incluso en el estado de salud de las personas. Un amplio campo que se puede conseguir dependiendo de las necesidades específicas de cada compañía. “Hoy estamos conectando minas subterráneas completas que antes no podían saber cómo estaban funcionando sus máquinas bajo la tierra, solo eran los mismos trabajadores llenando unas planillas”, sentencia Reyes.


Lo que hay que tener en cuenta

Antes de entrar a contratar una plataforma, es importante entender cuáles son los casos de uso y problemáticas que el IoT dará solución. “Muchas veces en nuestra experiencia vemos plataformas sobredimensionadas para la realidad del caso de uso de algunos de nuestros clientes. O por el contrario, visiones muy limitadas del impacto qué puede tener IoT”, comenta Juan José de La Torre.

Ante esa realidad, José Reyes define que lo más importante es tener claro el objetivo que se busca cumplir con esa solución, por ejemplo si es aumentar productividad de proceso, ahorrar energía o mejorar ventas, entre otros. Y además, cómo esta solución se va a mantener en el futuro. “Hacer una proyección viendo los beneficios también es esencial”, explica.

Finalmente, hay que tener en cuenta que la idea base del IoT es poder extraer datos que permitan tomar las mejores decisiones, por lo tanto, las empresas primero deberían tener presente qué tipo de servicio brinda y en qué formato está esa información que se puede recolectar. Saber si está en el mundo físico o en el digital, para saber exactamente qué etapas de la prestación del servicio pueden ser automatizadas.

 

La Tercera, 31 de mayo del 2022
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