Esta startup ofrece soluciones simples y económicas para que las empresas puedan monitorear a distancia sus máquinas. Abarca rubros variopintos, entre los que destacan dos proyectos relacionados con el recurso hídrico: “internet del agua” para plantas industriales de grandes empresas, y monitoreo de purificadores de agua en clínicas y hospitales. Además, en el contexto del coronavirus, Vigalab está desarrollando una pulsera que medirá la temperatura corporal. Pretenden lanzarla en dos semanas más.

Lo primero que plantea José Reyes, ingeniero mecánico y cofundador de Vigalab, es derribar un mito: que las soluciones basadas en internet de las cosas son caras y complejas. Por el contrario, asegura Reyes, esta tecnología de última generación es “simple, rápida y económica”, por lo que puede ser aplicada para distintas industrias.

Es muy transversal, el internet de las cosas (IoT) puede ser usada en cualquier industria que tenga una máquina”, prosigue Reyes, al explicar este concepto que refiere a la interconexión de internet más con objetos que con personas. Inspirado en este sistema nació hace 11 meses Vigalab, empresa orientada al desarrollo soluciones para otras compañías que cuenten con máquinas, sustituyendo su operación manual por monitoreo y control a distancia.

Fundada junto al ingeniero telemático Eduardo Hitschfeld, y al alero del Grupo Viga, esta startup funciona de la siguiente manera: primero se encargan de conectar los equipos y adosar unos pequeños robots -llamados vibots- que almacenan la información por cada máquina; luego esos vibots envían información vía conexión a un servidor central; y por último este servidor común, a través de softwares y programas, computa información sintetizada del funcionamiento histórico de la máquina y su desempeño en servicio.

Por cada máquina hay un vibot”, cuenta José Reyes, quien define el vibot como un robot de monitoreo de variables, adaptable a casi cualquier máquina, y que permite controlar y dichas máquinas a distancia. Con este esquema, Vigalab ha logrado incursionar en los más variados rubros, como el de las cecinas y el de las cervezas.

Con todo, uno de los más destacados es aquel proyecto que monitorea a distancia el funcionamiento de purificadores de agua en recintos de salud como clínicas, hospitales y sanatorios. Esta oportunidad brotó de un encuentro que tuvieron Reyes y Hitschfeld en una feria de innovación con el gerente de Vigaflow, otra empresa perteneciente al Grupo Viga, que trabaja en soluciones para una estrategia sustentable de agua a una escala mucho mayor.

Con la venia de Vigaflow, Vigalab participa activamente en este proyecto al que se le llama “aguas clínicas”. Para Reyes, además, se trata de “aguas críticas”, en tanto el tipo de agua tratada se utiliza en los recintos de salud para los análisis de sangre. “Por lo tanto el agua tiene que ser muy pura: si el agua está contaminada pueden salir erróneos los resultados de los exámenes y eso es muy complejo, sobre todo en el escenario actual de coronavirus”, explica el ingeniero mecánico.

 

En total son 200 purificadores de agua conectados a la red de agua potable y repartidos a lo largo del país los que pasan por la supervisión remota de Vigalab. Este proyecto surgió antes de la irrupción del COVID-19, pero hoy tiene una importancia capital a la luz del desarrollo de la pandemia. De hecho, en tanto cuentan con un sistema que permite medir por litro el agua utilizada, han comprobado que su uso ha aumentado debido al alza en la cantidad de exámenes en el escenario actual.

En total son 200 purificadores de agua conectados a la red de agua potable y repartidos a lo largo del país los que pasan por la supervisión remota de Vigalab. Este proyecto surgió antes de la irrupción del COVID-19, pero hoy tiene una importancia capital a la luz del desarrollo de la pandemia. De hecho, en tanto cuentan con un sistema que permite medir por litro el agua utilizada, han comprobado que su uso ha aumentado debido al alza en la cantidad de exámenes en el escenario actual.

“Antes se necesitaba mucho personal y trabajo para verificar que el agua estaba buena. Hoy entran a un computador y puedes saber cómo están las aguas de sus máquinas en todo Chile, cómo han funcionado en el último tiempo”, dice Reyes, para quien este vínculo de su empresa “tiene un impacto muy positivo en estos tiempos de pandemia ya que los técnicos no tienen que visitar lugares donde se podrían contagiar: lo tienen todo en línea”.

De tal modo, el proyecto sobre “aguas clínicas” evita que los operarios tengan que mirar un visor en la estructura del purificador para comprobar la calidad de las aguas. Antes se visitaban periódicamente; ahora no es necesario. “Desarrollamos unas alarmas que nos avisan cuando el agua no está siendo bien purificada y, por lo tanto, hay que hacerle mantención. Como no podemos estar mirando 200 máquinas al mismo tiempo, un software inteligente lo hace”, agrega el creador de Vigalab.

Otro proyecto relacionado con aguas es de mayor escala e involucra el monitoreo y control a distancia mediante IoT de plantas industriales (bodegas, containers) de empresas socias de la empresa mayor Vigaflow: mineras, empresas que se dedican a la desalinización de agua, salmoneras, etcétera. Los fundadores de Vigalab lo denominaron “internet del agua”. A juicio de José Reyes, esta iniciativa también representa un impacto positivo para los trabajadores en el escenario del COVID-19.

“Estas plantas grandes que antes necesitaban de un operador revisándolas constantemente, ahora están conectadas. Uno puede monitorear desde lejos, ver cómo funciona la plata. La teleoperación se valida. Y también tiene un impacto porque los técnicos no se arriesgan a ir a las fábricas, sino que pueden operar las máquinas desde su casa, oficina o computadores. Estas personas que no tenían el privilegio de trabajar desde sus casas, ahora lo pueden hacer”, se explaya el ingeniero titulado en la Universidad Técnica Federico Santa María al igual que su socio Eduardo Hitschfeld.

Para Reyes, no hay diferencias en instalar un sistema en un purificador de agua para clínicas que en una planta industrial de mucho mayor tamaño. “El internet de las cosas se adapta a todo. Las soluciones las tenemos listas y en total tenemos 2.000 sensores conectados”.

 

Pulseras que toman la temperatura.

En el contexto de la actual crisis sanitaria mundial, Vigalab piensa lanzar en dos semanas más un producto que podría ser una gran contribución en la lucha contra la pandemia: pulseras que toman la temperatura corporal de las personas.

Pensadas originalmente para el personal que trabaja en las mineras, las pulseras están en etapa de desarrollo en conjunto con la aplicación y un dashboard (representación grafica de los principales indicadores). En principio ya llevan 15 prototipos para testear y validar. Sin embargo, si eventualmente son exitosas, Reyes y Hitschfeld pretenden masificarlas al resto de la población.

“Es muy importante para el tema de la detección temprana del COVID-19. Estas pulseras son capaces de tomar la temperatura corporal de las personas, y esto se conecta a nuestras aplicaciones en los celulares. De este modo, se lleva un registro de la trazabilidad en la persona, sabemos dónde estuvo, con quién se relacionó, etcétera”, detalla Reyes.